Una visión de la adquisición del lenguaje que
es simultáneamente distinta de la de Chomsky y de la de Piaget está
representada por los psicólogos rusos Lev
Vigotsky (1896-1934) y su discípulo Aleksandr Luria (1902-1977).
Piaget y Vigotsky comparten su interés por el
desarrollo del lenguaje de un modo que va más allá de lo que interesa a la
gramática generativa, pero mantienen diferencias cruciales en su modo de
concebir ese desarrollo. Como hemos visto, para Piaget los factores sociales no
son relevantes en el desarrollo del niño, al que concibe como un proceso de
ontogenia, es decir, de naturaleza individual; apenas sugiere que los adultos
no deben interferir en la libre exploración del mundo por parte del niño. Su
concepción de las ideas no es mentalista, pero tampoco cultural: sostiene que
aparecen naturalmente con la interacción física del niño con el mundo.
En cambio, para Vigotsky y sus seguidores, el
conocimiento del niño se construye socialmente en la interacción con los
adultos relevantes. En esa construcción juega un papel fundamental la lengua
(una “herramienta de
herramientas”), que le permite al niño adquirir los significados
del adulto. En tanto instrumento de comunicación, el lenguaje funciona como un
mediador entre el hombre y la experiencia acerca del mundo, puesto que el
hombre puede formarse imágenes subjetivas (que constituyen conocimiento) acerca
de situaciones objetivas que no ha experimentado directamente. Ello es posible
gracias a su inserción en un entorno social, que le facilita esos conceptos de
los que no tiene experiencia directa. La adquisición del lenguaje es, así,
concebida como el momento crucial en el que la filogenia (el desarrollo
histórico genérico) y la historia cultural se funden para alcanzar las formas
específicamente humanas de pensamiento, sentimiento y acción. Un concepto
fundamental planteado por Vygotsky es la llamada zona de desarrollo próximo (ver también
Bruner 1986), definida como la distancia entre el nivel de desarrollo real (determinado
por la capacidad de resolver problemas en forma independiente) y el nivel de
desarrollo potencial (determinado por la capacidad de resolver problemas con la
guía de un adulto o la colaboración de pares más capaces). Ello supone poner en
foco el papel que cumple la interacción social en la construcción del
conocimiento.
Aleksandr Luria adhirió a la psicología
"cultural", "histórica" e "instrumental" de
Vygotsky y sus colegas en 1924. Desde entonces hasta su muerte, intentó
profundizar los alcances de esta visión en distintos fenómenos de la
psicología. Primero analizó el impacto en la cognición (tanto en la percepción
y en la memoria como en la resolución de problemas) producido por los cambios
históricos en la actividad económica y por la alfabetización masiva posterior a
la Revolución Rusa.
Perseguido por Stalin, Luria se dedicó
durante varias décadas al estudio de las afasias, un terreno que parecía más
neutral desde el punto de vista ideológico; la importancia de su trabajo se
constató cuando, como resultado de la Segunda Guerra Mundial, recibió gran
número de pacientes con lesiones cerebrales, que le permitieron construir una
teoría completa sobre las funciones cerebrales y la cura de lesiones locales,
sentando las bases científicas de la neuropsicología.
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